Todos estamos pensando a cada instante del día y de la noche cuando dormimos. Muchos de nuestros pensamientos reflejan nuestras emociones, nuestras preocupaciones, y otros son parte de las situaciones por las que pasamos día a día. Estos últimos serian nuestros pensamientos instantáneos.
Las emociones nos hacen pensar no solo en ellas, sino también modifican o predisponen nuestra actitud, manipulando así nuestro querido amigo límbico a su más que serruchado “jefe” el racional. Estos pensamientos les llamo transitorios, y lo podemos notar cuando en al metro los primeros días de primavera estamos mas que felices, para ese momento solo pensamos en el buen tiempo que hace, y en que todo esta perfecto (no pasa nada si la… del metro solo circula hasta LAGUNA). Así pasan los días y a medida que toleramos menos el caloron que hace allí abajo, en el ahora subterráneo, vamos conociendo mejor a la familia de los que administran el metro, o por lo menos la nombramos a menudo. Que tal el miércoles 7 con 26º C en superficie y parados entre las estaciones de Conde de Casal y Sainz de Baranda por + de 40 minutos entre 8:30 y 9:10 am, sin aire acondicionado y sin poder abrir las ya “putas” ventanas. Para ese momento me acorde del bisabuelo “Pepe”, del podálico chofer del metro que bajo del vagón y no se digno a abrir nuestras puertas para que entrara el O2… y aquel caldo de cebolla concentrado compañero, cuando por fin llegué al lugar donde quería, me preguntaron si venía de trabajar en un puesto de Hot Dogs.
Bueno, ya hemos hablado un poco de los “Pensamientos Instantáneos y los Transitorios”, ahora tocaremos los “Pensamientos Estacionarios”. Estos pensamientos son lo que nos suelen influir incluso en nuestros sueños, no dependen de cosas paganas y reflejan situaciones no perecederas en poco tiempo. Aquí en Madrid soñamos que llegamos tarde a citas importantes, claro!! Siempre estamos corriendo como ovejas perseguidas por el coyote en el metro, y no por gusto, sino que el metro solo circula hasta LAGUNA.
Pero, también tenemos preocupaciones que no suelen desaparecer hasta que sea resuelto el problema que las invoca. Estos problemas tienen diferentes intensidades según nuestro propio sistema de medida que, depende de la personalidad de cada individuo. En este momento y en mi particular, estoy preocupado por la condición de fumadora que ha retomado mi Madre, y esto junto a que no estoy cerca de ella para evitar que lo haga, y que además ella ha sido fumadora por mas de 40 años, Uds. me dirán cuales son mis pensamientos.
El número de situaciones no perecederas sitúa el tono de nuestra paleta de grises entre el blanco y el negro. La ubicación de nuestra paleta puede lograr que somaticemos aspectos tan positivos en nuestra salud que, mejoremos funciones de nuestro organismo como nuestro sistema inmune, o que por el contrario, suframos de insomnio, caída de cabello, depresión, e incluso desesperación en los casos en que la solución del problema escapa de nuestras manos. Si bien existe un proverbio chino que dice “Si el problema tiene solución no hay que preocuparse, y si solución no tiene, preocupándonos no conseguiremos nada”, (que a mi me encanta divulgarlo y tratar de cumplirlo), lamentablemente cuando nuestro tono se ubica en gris oscuro casi negro, nuestras directrices que mantienen el balance entre el Límbico vs Racional se convierten en un caos total, y es que, casi siempre que nuestra paleta tiene esta ubicación, los problemas son mas poderosos que nuestra propia integridad.
“Espero que Myriam deje el bendito cigarro y que quienes la valoren lo suficiente puedan acompañarla con lo que haga falta”.
Hasta luego y este metro solo circula hasta la próxima estación.
Miguel Salas.
